Los
electrolitos:
Son partículas cargadas eléctricamente, con una alta capacidad de
desintegrarse en iones cuando se encuentran en una solución. Cuando
electrolitos como el NaCl y l Kcal se disuelven en una solución, generan los
iones Na+, Cl- y k+. Estos iones, en razón de su polaridad se rodean de
moléculas de agua para proteger su carga y evitar la formación de moléculas
neutras.
Los electrolitos participan en los procesos
fisiológicos del organismo, manteniendo un complejo equilibrio entre el medio
intracelular y el medio extracelular. Cada electrólito tiene una concentración
característica en el plasma sanguíneo, el líquido intersticial y el líquido
celular.
Todas las
formas de vida superiores requieren un sutil balance de electrólitos entre el
medio intracelular y el extracelular. El mantenimiento de un gradiente osmótico
preciso de electrólitos es importante, tales gradientes afectan y regulan la
hidratación del cuerpo, el pH de la sangre y son críticos para las funciones de
los nervios y los músculos, e imprescindibles para llevar a cabo la
respiración.
El peso corporal
en un adulto es de 70 kg; el 60 % (42 L) corresponde a los líquidos del
organismo que contienen diferentes solutos y electrólitos; estos tienen como
función principal transportar el oxígeno y nutrientes a las células, eliminar
los productos de desecho del metabolismo celular y mantener el medio físico y
químico estable dentro del organismo, que permita los procesos metabólicos
necesarios para la vida.
Los líquidos y
electrólitos en el organismo humano se distribuyen entre 2 espacios: el celular
y el extracelular. El líquido contenido en el espacio intracelular representa
40 % (28 L) del peso corporal y en él se encuentran disueltos solutos
esenciales para los procesos metabólicos esenciales.
El líquido del
espacio extracelular que supone 20 % del peso corporal (14 L) y que está
compuesto por líquido intersticial, 15 % (10,5 L) distribuido entre las células
y fuera de los vasos sanguíneos y el líquido intravascular o plasma sanguíneo 5
% (3,5 L).
El porcentaje
total de agua en el organismo sufre variaciones considerables en dependencia de
factores como la edad, el sexo y la cantidad de tejido adiposo. Los obesos
tienen menos líquidos ya que las células grasas contienen poca agua. Las
personas jóvenes tienen un porcentaje de líquidos corporales más alto que las
de
Ganancia y pérdida diaria de líquidos Regulación:
Además del trasvase entre los espacios
intracelular y extracelular que se produce en el interior del organismo, este
intercambio de agua y electrólitos con el exterior se produce a través de las
vías pulmonar, cutánea, digestiva y renal.
Los riñones
son el órgano principal encargado de mantener la constante composición
hidroeléctrica del organismo y transfiltrar el plasma producen cada día de 1
000 a 2 000 mL de orina.
Los pulmones
también desempeñan funciones vitales en el mantenimiento de la homeostasia líquida.
Estos órganos excretan unos 300 mL al día de agua mediante la exhalación en
adultos sanos. Esta excreción puede aumentar como resultado de estados
anormales como la hiperpnea (respiración profunda anormal) o la tos y la fiebre
o cualquier trastorno que aumenta considerablemente las respiraciones.
Desequilibrio del agua. El
equilibrio del agua se puede ver afectado por la pérdida excesiva de agua
(deshidratación, déficit del volumen de líquido) o por retención de esta
(hiperhidratación).
Déficit
de líquidos y electrólitos:
Deshidratación: Se define como la
pérdida aislada de agua que no incluye pérdida de electrólitos. El hecho de que
la deshidratación implica una hipernatremia, los signos y síntomas que
presentan los pacientes serán propios de la hipernatremia con mínimos signos de
hipovolemia. No se puede plantear hipovolemia hasta que no aparezca pérdida de
sodio y agua del espacio extracelular o pérdida de sangre del espacio
intravascular. Debido a que el volumen del espacio extracelular depende del
contenido total del sodio es necesario que se produzca depleción de sodio para
que se desarrolle la hipovolemia.
Las causas que
pueden provocar déficit de volumen de líquido se agrupan en:
−
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Ingestión insuficiente: falta de ingestión
de líquidos, estados de depresión, lesión del centro de regulación de la sed.
|
−
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Pérdida de sangre: la hemorragia de
cualquier origen.
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−
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Pérdidas extra renales: por vía pulmonar y
cutánea debido a sudación excesiva por calor o fiebre y quemaduras; por vía gastrointestinal
como causa de diarreas, vómitos, aspiración nasogástrica, fístulas, drenajes;
secuestro en un tercer espacio (obstrucción intestinal, peritonitis y
aplastamiento muscular).
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−
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Pérdidas renales: por déficit de
aldosterona, disminución de la secreción de ADN y diuresis osmótica.
|
Cuadro clínico: Los signos y síntomas que puede presentar el
paciente van a estar en dependencia de la magnitud de las pérdidas. Al
principio puede presentar cefalea leve, debilidad, fatiga, sed, sequedad de
piel y mucosa, oliguria, taquicardia en reposo e hipotensión postural, estos 2
últimos más frecuentes en el adulto. Además, el paciente puede presentar shock hipovolémico (letargia, confusión,
hipotensión y taquicardia).
Intervenciones específicas de enfermería: Medidas para conservar el equilibrio de líquidos y electrólitos:
procurar la ingestión adecuada de alimentos y líquidos es fundamental en estos
pacientes. La enfermera es quien debe juzgar las necesidades de los líquidos,
ejemplo, determinará si el paciente con fiebre o infección necesita mayores
volúmenes de líquidos, debe estimular para que ingiera más contenido de
líquidos si no está contraindicado: si tiene náuseas o vómitos no es razonable
esperar que tolere los líquidos por vía bucal. También debe tener vigilancia
estricta del ingreso y la eliminación de los líquidos en los pacientes conproblemas
reales o posibles de líquidos y electrólitos. Es importante conocer los signos
y síntomas de desequilibrio y las medidas necesarias para resolverlos, ejemplo,
la administración de líquidos directos en una vena periférica por medio de
venoclisis o mediante soluciones por vía oral.
Efectos de un desequilibrio electrolítico en el sistema nervioso:
Los
niveles de electrolitos incluyendo sodio, potasio, calcio, magnesio, cloruro,
fosfato, carbonato y pueden llegar a ser demasiado alto o demasiado bajo. Los cambios
en los niveles de electrolitos pueden deberse a alteraciones en la cantidad
presente en su cuerpo o en el volumen de agua en su cuerpo. Los desequilibrios
en sodio, potasio y calcio más comúnmente producen problemas.
Sodio: La mayor parte del sodio en su cuerpo se encuentra
en la sangre, donde ayuda a mantener el equilibrio de líquidos. Función
muscular y nerviosa también dependen de sodio. Los bajos niveles de sodio, como
resultado de la ingesta de sodio disminución o exceso de agua corporal, afectan
el sistema nervioso y los síntomas que produce el cerebro, incluyendo el
letargo y confusión. Caídas rápidas o muy bajos niveles de sodio puede causar
espasmos musculares, convulsiones, coma e incluso la muerte. Alta de sodio, que
comúnmente resulta de la deshidratación o una disminución de agua corporal,
produce síntomas similares a los bajos niveles que incluyen confusión,
contracciones musculares, convulsiones y muerte.
Potasio: La excreción por el riñón mantiene un
estrecho control de los niveles de potasio en la sangre. Niveles bajos de
potasio, que puede ser causada por el vómito, la diarrea y el uso de
diuréticos, puede producir debilidad, espasmos musculares . Sin embargo, bajo nivel de potasio rara vez causa problemas
significativos. En contraste, los niveles altos de potasio pueden producir
efectos mucho más significativos. Alta de potasio comúnmente se produce debido
a una insuficiencia renal y puede causar grave y peligrosa para la vida
arritmias cardíacas.
Calcio: el calcio juega un papel vital en el
crecimiento óseo y el volumen de negocios y en la función cardíaca normal. El
calcio puede ser liberado de o deposita en el hueso a bien regular la cantidad
en la sangre. Niveles bajos de calcio provocan debilidad, hormigueo en los pies
y las manos y confusión. Los niveles altos de calcio pueden ser el resultado de
trastornos endocrinos y varios tipos de cáncer. Mientras que los pequeños
aumentos en los niveles de calcio pueden ser bien tolerados, los niveles muy altos
pueden causar deshidratación debido a la mayor filtración de agua por el riñón.
Efectos adicionales incluyen náuseas, estreñimiento, dolor abdominal y el
estreñimiento.
Efectos de un desequilibrio electrolítico en el sistema cardiovascular:
Potasio y sodio: el potasio, las células electrolíticas dominantes en el
interior, tiene el efecto más determinante en los ritmos cardíacos. El sodio,
el electrolito dominante fuera de las células, balancea al potasio celular con
menos efectos cardíacos directos pero más efectos neurológicos, ya sea en
condiciones excesivas o deficientes. El potasio afecta principalmente a las
cámaras inferiores del corazón, los ventrículos; los problemas graves
relacionados con el desequilibrio incluyen contracciones ventriculares prematuras,
taquicardia ventricular, fibrilación ventricular e incluso muerte cardíaca
súbita. Tanto el bajo nivel de potasio, la hipocaliemia, y niveles altos de
potasio, hiperpotasemia - junto con algunos medicamentos, como la cafeína y el
alcohol - pueden precipitar arritmias graves.
Calcio: el calcio - que se encuentra en los
huesos, las células y la sangre - es necesario para las contracciones
musculares y la conducción nerviosa, y es parte de los tratamientos para la
hiperpotasemia, hipermagnesemia, hiperfosfatemia e hipocalcemia. Tu cuerpo controla
la cantidad de calcio disponible en el consumo de la dieta, la digestión,
absorción, excreción y la regulación hormonal. Los canales de calcio, un tipo
de bomba molecular localizado en las membranas celulares, ajustan la excitación
muscular, la contracción y el flujo de calcio en el corazón. El exceso de
calcio, la hipercalcemia, y niveles bajos de calcio e hipocalcemia afectan a
los ventrículos, causando arritmias similares al potasio.
Fósforo: el exceso de fósforo, lo que se conoce
como la hiperfosfatemia, ocurre más a menudo con la enfermedad renal crónica y
presenta síntomas de la enfermedad de base, la hipocalcemia. Si has tenido un
ataque al corazón, incluso los pequeños cambios en fósforo pueden aumentar el
riesgo de una arritmia ventricular cardiaca grave. Las diálisis y los quelantes
de fosfato se utilizan para tratar la hiperfosfatemia. El fosfato bajo, la
hipofosfatemia, puede resultar de trastornos de la tiroides, hipercalcemia e
hipomagnesemia. Se prefiere el reemplazo oral, ya que el tratamiento por vía
intravenosa puede precipitar un rápido déficit de calcio.
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